Primero decir que sueño todas las noches y que desde me propuse escribirlos, me olvido por las mañanas, pero el de anoche me llegó más hondo y aquí lo reflejo:
Estaba en un centro comercial, más bien en la puerta, por alguna extraña razón tenía que rescatar a alghuién que estaba cruzando enfrente y siguiendo una maraña de callejuelas.
Lo sabía por que es como en los videojuegos que abajo tienes un mapita donde se ilumina el objetivo en un croquis de la zona.
Salgo envalentonado, !coño es mi sueño¡, cuando un alud de balas, proyectiles y ostias varias me abaten, todas ellas de un enemigo del cual no se nada ni de su naturaleza ni de su ubicación. Me veo a mi mismo desmembrado en una imagen vista aérea, o sea completamente muerto.
Luego siento indignación, era demasiado difícil realizar semejante proeza de rescate y nadie me había avisado.
Mi cerebro en estado onírico, en ese momento me concede dos vidas más, como en los videojuegos de antaño.
En la segunda vida llego un poco más lejos, pero es relamente complicado, además me doy cuenta que yo no llevo armas, vamos que voy corriendo como un gilipollas a una muerte segura.
Total vuelvo a morir tristemente.
Cuando estoy de nuevo al comienzo, ya me acojono un poco, es mi última vida, ¿que hay luego?.
Mi cerebro me vuelve a proteger haciendo que de súbito me despierte.
Al fin y al cabo a nadie le gusta morir ni en sueños.
En mi monótona vida Morfeo es el único que pone acción en ella, y de verás que se lo agradezco, esos días me despierto un poco más descansado.
