Bueno pues estuve toda la noche de nuevo jugando al fútbol y dándolo todo, regateaba con la gracia de Garricha, pasaba con la precisión de Beckham, y tiraba a puerta con el acierto de Van Basten.
Me he levantado agotado, se me había olvidado comentar que jugaba con un globo de color naranja, y es que cuesta un huevo hacerlo avanzar.